martes, 15 de noviembre de 2022

MENSAJE DE LA SIEMPRE VIRGEN MARÍA Y SAN RAFAEL GUÍZAR Y VALENCIA

 

                                       

“Quien  medite de corazón cada uno de estos mensajes, obtendrá Gracias especiales para su vida espiritual. Si es pecador, se convertirá; si es imperfecto, se volverá perfecto; si es santo se hará más santo; si es tentado triunfará; si sufre, podrá encontrar en estas meditaciones, la fuerza, la medicina, el consuelo; y si su alma es débil y pobre, hallará un alimento espiritual y un espejo en el que mirándose continuamente, se embellecerá y se hará semejante a Jesús, nuestro modelo. AMÉN, AMÉN, AMÉN.

 

MENSAJE DE LA SIEMPRE VIRGEN MARÍA Y

SAN RAFAEL GUÍZAR Y VALENCIA

24 de octubre de 2022


 

Hijitos de Mi Corazón:

Dios bendice a Sus hijos más queridos, incluso a través de pruebas que llegan a parecer incomprensibles, pero son necesarias para que florezcan y den abundantes frutos.

Hoy se dirige a ustedes Rafael Guizar y Valencia, hijo predilecto Nuestro, quien en vida, a pesar de la persecución, la injusticia, la enfermedad, el dolor y vivir oculto, mantuvo fidelidad a Nosotros y transmitió a sus semejantes la alegría, el amor y la paz del Señor.

La gente llegó a llamarlo “el mueve corazones”, por su capacidad de inflamar en el Amor de Dios a las almas.

Este también es un Mensaje esperanzador para ustedes y para todos los que lo lean.

“Saben bien que en vida terrena, fui perseguido a causa de la fe durante años, pasando toda clase de privaciones y peligros… Para ejercer mi ministerio, tuve que hacer de todo, incluso disfrazarme para poder llegar a los más necesitados, a los enfermos y a los moribundos, así como también ocultar a quien siempre consideré como “La niña de mis ojos” para protegerlo: mi amado seminario.

Mi superior, me impuso la “ex informata conscientia”, lo cual me dolió profundamente en el alma, ya que se me prohibía oficiar la Santa Misa e impartir los Sacramentos. Gracias a Dios hubo amigos que endulzaron las heridas y me dieron esperanza en esos momentos tan difíciles, tal y como el Cielo también lo hace con ustedes.

El gran reto de mi vida fue “ganar almas para Dios” por medio de las misiones predicadas de forma sencilla y con amor.

El Señor los ha llamado también a “Ganar almas para Él” arrebatándoselas a satanás, predicando espiritualmente a todas las almas del mundo entero, con fe, coraje y amor.

Muchas veces dije: “soy capaz de dar un ojo por las almas” y el Señor me concedió ofrecer la salud de mi cuerpo. Por eso, a pesar de la diabetes, la disminución de mi vista, la flebitis, la insuficiencia cardiaca, un trastorno en el pulmón, ulceras varicosas… no descansaba y el Espíritu Santo me inspiraba a pensar y decir: “Ya habrá tiempo de descansar en el Cielo”.

¡Tantos pueblos visité! ¡Cuántas almas se salvaron! ¡Tantos pecadores convertidos!

A pesar de las vicisitudes, el Amor Divino siempre estuvo en mi corazón, fortaleciendo mi vida, ¡no podía ser de otra forma! Así podía vivir el gozo de servir a los demás con la alegría del Señor.

Por eso, ¡Sean creativos! Hagan lo que sea necesario, incluso locuras para “ganar almas para Dios”.

Recuerden, si obramos con rectitud y con el único fin de agradar a Dios, cumplimos fielmente nuestros deberes con la Madre Iglesia Católica, Apostólica y Romana.

Dios da la Gracia y el hombre la acepta para actuar. ¡Acepten y vivan la Gracia!

¡Cuánto nos ama el Redentor del mundo! ¡Cuánto nos ama el Padre! ¡Cuánto nos ama nuestra Madre, oh Virgen Santa, Madre de Dios, sois la esperanza del pecador!

Si nosotros supiéramos corresponder a su infinita ternura… ¿habría tanta frialdad en el corazón del hombre?

Estén dispuestos todos a dar la vida por la amorosa misión a la que fueron llamados. Por misericordia infinita de Dios, cada uno de nosotros estamos aquí, fuimos llamados a servir a la Santísima Trinidad y a la Madre de Dios, mi Madre amada.

El último día de mi vida terrenal, pensaba y decía: “Yo quisiera seguir viviendo hasta que todos los hombres sobre la Tierra amasen a Nuestro Señor. Yo le pido a Nuestro Señor que me conceda vivir aún más para salvarle almas, o que me conceda, Él sabrá cómo, seguir misionando aquí en la Tierra, después de muerto. Si yo pudiera seguir misionando, seguir enseñando el Catecismo, ¡qué hermoso! Pero más hermoso es hacer la Voluntad divina.”

Así como en la tierra la savia es la vida de las plantas… la vida de la Iglesia, la vida de las naciones, la vida de los pueblos, la vida de las familias, la vida de los individuos, está en el Corazón de Jesucristo Sacramentado.

María, Virgen Santa, Tú que eres nuestra Madre, ruega por estos hijos tuyos para que no se pierdan y puedan llegar a la eternidad en el Cielo una vez cumplida su misión en la Tierra… ¡Alabado sea el Santísimo Sacramento!

Queden con la bendición Sacramental y mi intercesión por ustedes. Dios los colme de bendiciones y los llene de su Santo Amor. Amén. Rafael Guízar y Valencia.”

Hijos Míos, agradezcan con corazón humilde y sincero, estos regalos que reciben de la Misericordia Divina.

Quiero que aprendan a tener fe sencilla, esperanza gozosa y humildad evangélica, a ejemplo de Rafael, quien vivió predicando y quiso continuar después de su muerte, su labor misionera, Don que le fue otorgado y ahora lo realiza a través de su intercesión por ustedes desde la Gloria Celeste.

Reciban Mi Amorosa Bendición, como su Eterna Madre y esperanza vuestra, la Siempre Virgen María. AMÉN, AMÉN, AMÉN.