lunes, 13 de febrero de 2023

Mensaje de la Inmaculada Concepción

 

 Mensaje de la Inmaculada Concepción

11 de febrero 2023

https://lossantoshablan.blogspot.com

Hija de Dios, escribe estas palabras según vengan a tu mente. Yo Soy la Inmaculada Cocepción, y este Mensaje es para que nadie lo dude. En un momento, uno de Mis hijos Me preguntó por qué no estaba escribiendo en francés, ahora lo harás. Escribirás en francés porque mi primera invocación de Lourdes fue en Francia.

Es mi deseo que también escribas en italiano porque es el idioma del amor y en español, para que Mis palabras se conozcan con prontitud. Pide a "E" que continué compartiendo Mis Mensajes con Mi Calcañar, incluso con "O" para que les ayude a traducir y con todo aquél que quiera leerlos y vivirlos.

Cada 11 de febrero la Iglesia Católica recuerda el comienzo de Mis Apariciones a la pequeña Bernardita en 1858 en Francia, hecho del cual se ha hablado y escrito en todo el Mundo. La gruta de Bernardette, era un lugar sucio, oscuro, humilde y frío. Y es precisamente allí donde quiso aparecer como signo del amor de Dios e imagen de lo que quiere realizar en la humanidad.

Hoy vuelvo a repetir Mis Palabras: “¡Penitencia! ¡Penitencia! ¡Penitencia! ¡Rueguen a Dios por los pecadores! ¡Besen la tierra en penitencia por la humanidad pecadora!

María Bernardette, la elegida por Dios para dar testimonio de Mi Aparición como la Inmaculada Concepción y de su Mensaje, pertenecía a lo que el mundo desprecia y del que Jesús habla en los Evangelios. Aquella gruta no es solamnte un lugar geográfico de los acontecimientos, es el lugar donde Dios hace signos para manifestar Su Amor.

Es un lugar donde Dios quiere transmitir un Mensaje que no es otro que el del Evangelio. Bernardette pasó su vida en el dolor físico, murió con 35 años, entre grandes sufrimientos. Nunca buscó el dolor y desde luego no era masoquista o se quería victimizar, pero, siempre lo aceptó y lo acogió en forma de enfermedad.

El hombre creado a imagen y semejanza de Dios, es digno a los ojos de Dios: porque Dios ama a todos. “No les prometo la felicidad en este mundo, sino la del otro”; “Existe el mundo de la violencia, de la opresión, de la mentira, de la sensualidad, del propio interés, de la guerra. Pero también el mundo de la solidaridad, de la justicia, de la disponibilidad, del servicio, de la determinación, el amor de los dos mundos se dan en la Tierra. Cuando Jesús en el Evangelio invita a descubrir el Reino de los Cielos, invita a descubrir en este mundo en que viven tal como es, eligiendo cada quien el camino que quiera por libre albedrío. Solo recuerden que donde hay amor, allí esta Dios.

Les invito a seguir cada uno su Misión para la que fueron llamados, Bernardita decía “Mi oficio es estar enferma”; y así vivió en la fe verdadera, es decir, aceptó siempre y voluntariamente todo lo que el Cielo le enviaba, sin pedir nunca ni más ni menos.

A menudo se considera que Lourdes es un lugar de sanación física, sin embargo, Yo su Madre, no me referí a enfermedades del cuerpo. He venido y estaré para ayudarlos a sanar en el espíritu. Lourdes es su esencia, es una clínica del espíritu. La misma Bernardita no pidió nunca la curación física, sino que pedía sin cesar lo de su alma. Hagan lo mismo ustedes.

Y es que el corazón de quien ama, muchas veces necesita ser purificado por el dolor o la enfermedad. Los hombres son frágiles, pero al mismo tiempo debéis confirmar en Mi promesa: Yo estaré siempre con vosotros, como vuestra Madre, así como estuve al lado de Mi Hijo cuando sufría.

Les hago a todos una amorosa invitación a la oración, especialmente al santo Rosario y a la penitencia, a realizar obras de misericordia por los pecadores y enfermos del alma. Pidan a Mi Hijo Jesús, al Espíritu Santo, a Dios Padre y a Mí, lo necesario para ayudar a sus almas para fortalecerlos con oración en los momentos más difíciles y las batallas espirituales que cada uno enfrenta en contra de satanás y todos los demonios que los merodean y atacan.

Sufro como Mi Hijo Jesús, por las almas sin amor y sin fe, que se niegan a cumplir su misión, por eso haré todo lo posible para alejarlas de satanás que las persigue.

SOY LA INMACULADA CONCEPCIÓN Y LOS BENDIGO CON TODO MI AMOR.

AMEN, AMEN, AMEN.


domingo, 12 de febrero de 2023

Mensajes de Santa Escolástica y José Sánchez del Río

 

 


Mensajes de Santa Escolástica y José Sánchez del Río

10 de febrero 2023

https://lossantoshablan.blogspot.com

Habla la Inmaculada Virgen María:

 

Sírvate hija de Dios, la Luz del Amor para disipar por un momento las tinieblas de tu mente, es necesario que cruces el desierto espiritual para reunirte con Mi Hijo Jesús, esto es preciso para tu fortalecimiento, cruzarás el desierto sola, mas tus hermanos te ayudan con sus oraciones y Dios con Su Amor te sirva hija. Pídele a “O” que te ayude a traducir estas palabras, si no quiere habrá quien lo haga.

Hijos Míos, hoy la Iglesia Católica recuerda a dos grandes Santos, que por Gracia Divina, les hablarán brevemente, para que continúen aprendiendo de ellos como sus Hermanos Mayores, escúchenlos y agradezcan como siempre al Padre Eterno, Su Infinita Misericordia.

Habla Santa Escolástica:

<<Soy Escolástica, hermana de Benito Abad, Patriarca de los monjes de occidente, nací en Nurcia Italia, hubiera querido hablarles en italiano, sin embargo, mi mensaje es breve y lo haré en español, para que sea comprendido más rápidamente>>.

Desde mi infancia, me consagré a Dios y fui enviada con mi hermano a Roma para estudiar, pero al ver la vida tan disoluta que ahí se llevaba, quedamos escandalizados, así que Benito fue el primero en alejarse del mundo y retirarse a una ermita. Seguí el ejemplo de mi hermano y fundé el “Monasterio de Piumarola”, donde puse en práctica “la Regla que por inspiración Divina” escribí, dividiendo rigurosamente el tiempo entre la oración, el trabajo, el estudio y el descanso.

Mi misión, junto con la de mis hermanas benedictinas, no consistió en realizar obras asistenciales como cuidar enfermos, asisitir cárceles u orfanatos, ni dedicarnos a la juventud o darle Catesismo a los niños. Realizamos algo mucho mayor que todo; rezar y sacrificarnos, así como dedicarnos a la “contemplación e inmolación por todos los cristianos” y puedo decirles que “para actuar hay algunos tantos, en cambio para luchar son menos numerosos y para sufrir muy pocos, estos son quienes sufren intencionalmente para que otros ganen la batalla”. Así que cargamos el infortunio, la infelicidad, las cruces más pesadas sobre nosotros y termina uno siendo un héroe que solo Dios logra ver.

Siempre recomendé a mis hijas espirituales observar rigurosamente la regla del silencio, les decía a ellas: “Callen o hablen de Dios, pues ¿Qué cosa en este Mundo es tan digna de tener que hablar”?

Mi hermano Benito y yo nos amábamos mucho, pero solo nos veíamos una vez al año, pues, el era muy mortificado en hacer visitas; cada visita que tenía, la pasabamos hablando de temas espirituales. Uno de esos días le pedí a mi hermano que se quedará al caer la noche, para seguir entonando las alabanzas de Dios y continuar con las santas conversaciones: “Te suplico hermano que no me dejes esta noche, para que podamos hablar hasta el amanecer de las alegrías de la Vida Eterna”, pero él me respondió: “¿Qué dices hermana?”, de ninguna manera puedo permanecer fuera del Monasterio; ¿no sabes que nuestros reglamentos lo prohíben? En ese momento sentí una gran tristeza en mi corazón, así que, junté mis manos y me quedé con la cabeza inclinada orando a Dios Todopoderoso dejando caer mis lágrimas y ofreciéndoselas al Señor.

Cuando levanté mi rostro, se desató una terrible tormenta, un aguacero tan violento, con rayos, truenos tan fuertes, que nadie pudo salir para intentar siquiera volver a su Convento. Benito entristeció, se quejó: <<Que Dios Omnipotente te perdone hermana, ¿qué hiciste? A lo que con gran alegría le respondí:  “Te pedí a ti y no quiciste escucharme, pedí entonces a mi Señor y El me oyó, ahora sal si puedes. Sal, déjame y vuelve a tu Monasterio”.

No pudo y pasamos toda la noche despiertos, entre santos coloquios sobre la vida espiritual.

A la mañana siguiente, nos despedimos. Tres días después, el Señor recogió mi alma, llevándola al Cielo en forma de paloma y desde ese momento, acompaño al Cordero donde quiera que vaya.

<<Termino diciéndoles que pude vivir personalmente el Amor y la Misericordia de Dios, darme cuenta de que El es el Amor y cuando se le pide con amor y por amor, El escucha las oraciones, pon al amor por encima de algunas “reglas estrictas”.

Intercedo por cada uno de ustedes para que puedan descubrir la importancia del amor y que puedan llevar todos los momentos de su vida basados en él. Dios es el Amor mismo y si los hombres no escuchan, Dios siempre lo hace.

Soy su hermana Escolástica y los amo con el Santo Amor de Jesús>>.

Habla San José Sánchez del Río:

<<Soy José Sánchez del Río, me decían “Joselito”, cuando morí, era prácticamente un niño, tenía tan solo 14 años, pero estos fueron suficientes para conocer a Dios y dar mi vida por El. El Señor me puso en la epoca de la “persecusión de la Iglesia y de los Sacerdotes”, más preciso en la llamada “Guerra Cristera”.

Mi familia era católica y desde muy niño me enseñaron el amor a Dios y a la Virgen de Guadalupe, así que, cuando les pedí que me dejaran ir con mi hermano y los Cristeros para defender la fe Católica, me lo concedieron.

No fui soldado, sino que servía lavando trastes, preparar el fuego, llevar agua, alimentar a los caballos, mantener los rifles limpios, yo pensaba al hacer estas tareas: “Por Jesucristo lo haré todo”, asistía fervientemente a Misa diaria y rezaba el Santo Rosario cada tarde con los soldados. Cuando hirieron al General, le dí mi caballo y aunque él me dijo que me fuera, yo insistí diciéndole: “Soy joven, usted es más importante que yo ¡Viva Cristo Rey!”.

Esto hizo que los federales me atraparan y les dije a estos hombres: “me han capturado porque me quedé sin munición ¡pero no me he rendido! En la prisión en donde me tuvieron encerrado, recordé en todo momento el consejo de mi querida madre: “Ten plena confianza en la Madre de Dios, Nuestra Señora de Guadalupe”.

Yo sabía que pronto mi vida acabaría, le escribí una carta a mi madre que hoy comparto con ustedes: “Mi querida madre: hoy me hicieron prisionero en la batalla. Creo que moriré pronto, pero no me importa. Resígnate madre a la Voluntad de Dios. Moriré feliz, porque muero al lado de nuestro Dios. No te preocupes por mi muerte, me mortificaría. Dile a mis hermanos que sigan el ejemlpo que su hermano menor les deja y que hagan la Voluntad de Dios. Ten coraje y envíame la bendición junto con la de mi padre. Envía mis saludos por última vez a todos y finalmente recibe el corazón de tu hijo que te quiere mucho y quien quisiera verte antes de morir”.

Trataron mis familiares de salvarme a cambio de negar a Dios, a lo que yo respondí: “Prefiero morir primero, ¡Viva Cristo Rey! ¡Viva la Virgen de Guadalupe!. Me sentí indignado por el sacrilegio de los federales al liberar gallos en la Iglesia, así que agarré los gallos, les rompí el cuello, luego limpié el Altar, me lavé las manos y me arrodillé para rezar con devoción.

Al otro día, Picazo se puso furioso, porque los gallos eran muy caros, a lo que yo le respondí: Lo único que sé es que ésta es la Casa de Dios, no es ni corral ni granero, estoy dispuesto a soportarlo todo ¡dispárame ahora! ¡así podré ir ante nuestro Señor! Picazo era mi padrino y él mismo prefirió mi muerte a soportar mi negación a Dios.

Me martirizaron cortándome en las plantas de los piés y ante tanto dolor, lo único que venía a mi mente, era la Imágen de Jesucrito en la Cruz y yo gritaba: ¡Viva Cristo Rey! A cada golpe, a cada insulto, a cada herida. Me hicieron caminar con los piés heridos a mi tumba, me acuchillaron y me mataron con un disparo. Por fin así terminó mi martirio y hasta mi último aliento no dejé de decir ¡Viva Cristo Rey! ¡Viva la Virgen de Guadalupe!

Cuando abrí los ojos, estaba en el Cielo, me recibió la Virgen María y Jesús me dijo que El curaría mis pies y todas mis heridas, para terminar, les digo que intercedo ante la Santísima Trinidad y la Virgen María por todos ustedes, para que sean valientes y crean sin duda alguna en el Señor y de manera especial, intercedo por los niños y jóvenes que ahora son atacados por satanás para que se alejen de Dios.

Su hermano en Cristo Jesús,

José Sánches del Río>>.

Habla la Inmaculada Virgen María:

Hijos Míos, este día les hablaron dos personas que por caminos distintos llegaron a la Santidad. Escolástica, entregando su vida a Dios en la oración, y Joselito dando su vida siendo martirizado, ambos vivieron en fechas distintas. Con trabajos diferentes pero teniendo en común el Santo Amor de Dios. Aprendan de ellos a amar y hacer todo con amor, para poder alcanzar la santidad.   

SOY SU MADRE LA SIEMPRE VIRGEN MARÍA, QUIEN LOS BENDICE Y LOS PROTEGE CON MI MANTO DE AMOR.

AMEN, AMEN, AMEN.

El Ministerio Internacional de Difusión Profética certifica como autentico este Mensaje.



viernes, 10 de febrero de 2023

Biografía de Santa Escolástica

 

Santa Escolástica, Virgen (10 de febrero)

 y su hermano San Benito



Santa Escolástica, Virgen

Santa Escolástica, hermana de San Benito, nació en el territorio de Nursia, del ducado de Espoleto en Umbría, de una de las casas más nobles de Italia. Así ella como su santo hermano fueron recibidos en el mundo como una especie de milagroso don, con que el cie­lo le regalaba; porque, habiendo vivido sus padres muchos años en matrimonio sin tener hijos, al fin con oraciones y limosnas alcanza­ron estos dos grandes modelos de la perfección religiosa.

Criaron a Escolástica con todo aquel desvelo que se podía esperar de una madre tan piadosa como la condesa de Nursia. Persuadida esta virtuosísima señora que las primeras impresiones de los niños influyen mucho en lo restante de su vida, se aplicó principalmente a inspirar desde luego en su tierna hija aquellas grandes dictámenes de religión, aquel gran menosprecio de todas las vanidades, aque­lla grande estimación de las máximas del Evangelio, en cuyo ejerci­cio halló únicamente todo su gusto y todas sus delicias.

Las santas inclinaciones de Escolástica, su devoción anticipada, su docilidad y su modestia hicieron conocer presto a su madre que el cielo se la había prestado no más que como depósito, y que ciertamente la tenía el Señor escogida para esposa suya.

Con efecto, declarándose desde luego enemiga de aquellos entre­tenimientos pueriles y de aquellas ligeras diversiones, que casi na­cen con los niños, no había para Escolástica otro entretenimiento de más gusto que hacer oración a Dios y oír con suma docilidad las prudentes y saludables instrucciones de su virtuosa madre.

Era tenida Escolástica por una de las damas más hermosas de su tiempo. Su calidad, y los ricos bienes que había hereda­do con el retiro de su hermano y con la muerte de sus padres, la hicieron ser pretendida de los mayores seño­res de toda Italia; pero mucho antes había renunciado a las lisonjeras espe­ranzas del mundo, consagrándose a Dios desde su infan­cia con voto de perpetua castidad.

No obstante de ser de un genio vi­vo, espirituoso y brillante, de un natural dulce y amigo de complacer, de un aire garboso, des­pejado, capaz de arrebatarse las admiraciones y los aplausos, toda su inclinación era al retiro. Para ella no tenían las galas particular atractivo, las miraba con indiferencia y aun con desprecio. Se la había imprimido altamente en el alma la im­portante lección que muchas veces repetía su buena madre, con­viene a saber: que los adornos postizos, por ricos y brillantes que fuesen, no eran capaces de dar un grado de mérito; que el mayor y más apreciable elogio de una doncella era el poderse decir de ella con verdad que era modesta y piadosa.

Nacida con tan bellas disposiciones para la virtud, criada con máximas tan cristianas, y nutrida en los más santos ejercicios de la caridad y de la devoción, hacía Escolástica maravillosos progresos en el camino del cielo, siendo en el mundo el ejemplo y admiración de las más santas doncellas, cuando se supo en la familia el partido que había abrazado San Benito, y las maravillas que ya se contaban de él en toda la universal Iglesia.

A nadie edificó más ni movió tanto la generosa resolución de su hermano como a nuestra piadosísima Escolástica, que, después de la muerte de sus padres, vivía aún con mayor recogimiento en el retiro de su casa. Considerando que la perfección evangélica que profesaba San Benito, igualmente se proponía a todos los cristianos; que no era ella menos interesada que él en trabajar eficazmente en el nego­cio importante de su eterna salvación, y en tomar todas las medidas para ser una gran santa, distribuyó sus bienes entre los pobres, y acompañada únicamente de una criada de su confianza, partió en secreto en busca de su hermano.

Había algunos años que San Benito, dejando el desierto de Subiaco, después de echar por tierra los ídolos y abolir el paganismo en el monte Casino, había fundado aquel célebre monasterio, que fue como la cuna monástica en el Occidente, y como el seminario de aquel prodigioso número de santos que pueblan el cielo, y son brillante inmortal honor de la militante Iglesia.

Teniendo noticia San Benito que ya estaba cerca su santa herma­na, salió de la celda; y temiendo que traspasase los límites que había señalado, fuera de los cuales no había permiso para entrar mujer alguna, de cualquier condición que fuese, se adelantó a recibirla, acompañado de algunos monjes, y habló con ella fuera de la clausura.

Fácil es de imaginar cual sería la primera conversación de aque­llas dos santas almas, prevenidas desde la cuna con las más dulces bendiciones del cielo, y abrasadas ambas con el fuego del divino amor. San Benito confió a su hermana parte de las gracias y de las maravillas con que Dios le había favorecido; y Escolástica le corres­pondió a San Benito declarándole los extraordinarios favores con que el Señor la había colmado.

Mientras los dos santos hermanos se estaban dulcemente entrete­niendo con las misericordias que habían recibido del Señor, es fama que se vieron coronados de una luz resplandeciente, y que se sintie­ron penetrados de una gracia interior que obró grandes cosas en sus almas, dándoles a conocer los intentos de la Divina Providencia, que destinaba a uno y a otra para que trabajasen sin intermisión en la salvación y en la perfección de las personas que determinaba confiar a su cuidado. Durante estas celestiales operaciones declaró Santa Escolástica a su hermano el ánimo que tenía de pasar lo restante de su vida en una soledad no distante de la suya, suplicándole quisiese ser su padre espiritual, y prescribirla las reglas que había de obser­var para el gobierno y aprovechamiento de su alma.

Consintió en ello San Benito, porque ya el cielo le había revelado la vocación de su hermana; y habiendo hecho fabricar una celda no lejos del monasterio para ella y para su criada, les dio, poco más o menos, las mismas reglas que había dispuesto para sus monjes.

La fama de la eminente santidad de esta nueva fundadora atrajo desde luego un gran número de doncellas que, entregándose a su gobierno y al de San Benito, se obligaron como ella a guardar la misma regla.

Se puede hacer juicio de la soledad, del fervor, y de la austera vida de esta ilustre colonia de esposas de Jesucristo por el prodigioso número de grandes santas que dio al cielo este admirable instituto, siendo Santa Escolástica y sus compañeras los primeros modelos que tuvieron en la tierra.

Ocupadas únicamente en el cuidado de agradar a Dios, olvidaron bien presto hasta la memoria de las criaturas. Su ordinario ejercicio de día y de noche era la oración; el silencio era perpetuo; el ayuno poco interrumpido; celda, muebles, comida y vestido, todo respiraba pobreza evangélica y penitencia.

Tal fue el nacimiento y el origen de aquella célebre Orden tan dichosamente extendida, que llegó a contar hasta catorce mil mo­nasterios de vírgenes propagadas por todo el Occidente; habiéndose visto con admiración tantas ilustres princesas venir a sepultar bajo la oscuridad de un velo los más brillantes esplendores del mundo; y viéndose cada día tantas nobilísimas doncellas, distinguidas por su elevado nacimiento y por el conjunto de sus singulares prendas que, a ejemplo de Santa Escolástica, prefieren la cruz de Jesucristo al aparente lustre y engañoso fausto mundano, y a los más halagüeños tentadores gustos de la vida.

Habiendo recibido Santa Escolástica la regla para vivir, que la dio su hermano San Benito, todo su pensamiento y toda su ocupa­ción en adelante fue dar todo el lleno a la alta idea de perfección a que era llamada. Aunque su vida hasta entonces había sido austera y penitente, dobló sus rigores; apenas interrumpía jamás el re­cogimiento interior, y su oración era continua. La tierna devoción que desde la cuna había profesado siempre a la Reina de las vírge­nes creció a lo sumo; hallando nuevo aliento en la dulce confianza de esta amabilísima Madre, se encendió con tanta vehemencia el fue­go del amor a Dios, que apenas podía contener los divinos ardores que la abrasaban.

Nunca hizo voto de clausura; y con todo eso, la guardó siempre con la mayor estrechez. Sólo se reservó el derecho de ir una vez al año a visitar a San Benito, así para darle cuenta de su comunidad y de lo particular de su alma, como para recibir sus órdenes y apro­vecharse de sus consejos. No quería permitir San Benito que llegase hasta su monasterio, y así salía él mismo a recibirla acompañado de algún monje a un sitio perteneciente al mismo monasterio, y no distante de él. Allí concurrían los dos santos como dos ciudadanos del cielo, forasteros en la tierra, entreteniéndose únicamente en las cosas divinas, y ayudándose recíprocamente a perfeccionarse en los caminos del Señor.

Noticiosa nuestra Santa, según todas las señas, del día de su muerte, vino a hacer su última visita anual a su santo hermano. Después de haber cantado los salmos y de haber conversado, como lo acostumbraban, sobre varias materias de piedad, se despidió San Benito para restituirse al monasterio; pero la Santa le rogó tuviese a bien detenerse hasta el día siguiente, para lograr el consuelo de hablar más despacio sobre la bienaventuranza de la vida eterna. Benito se lo negó resueltamente, y entonces, bajando un poco la ca­beza nuestra Escolástica y apoyándola sobre las manos, se recogió interiormente haciendo una breve oración. Apenas la acabó, cuando el aire, que estaba claro, sereno y despejado, se turbó de repente. Se formó una tempestad de relámpagos y truenos, acompañados de una lluvia tan copiosa, que no fue posible ni a Benito, ni a los mon­jes que le acompañaban, salir para volverse al monasterio. Se quejó el Santo amorosamente a su hermana; pero ella se justificó con que lo hacía el cielo en defensa de su razón y de su causa. San Gregorio, que refiere este suceso, representa una grande idea de la virtud y del mérito de Santa Escolástica, resolviendo que la victoria en aque­lla piadosa contestación se declaró por la que tenía un amor a Dios más perfecto y más fuerte.

Habiéndose restituido nuestra Santa el día siguiente por la maña­na al lugar de su retiro, murió con la muerte de los justos tres días después.

En el instante en que expiró se hallaba solo San Benito en su acostumbrada contemplación; y levantando los ojos, dice San Gre­gorio, vio el alma de su santa hermana volar al cielo en figura de una cándida paloma. Inundado de alegría a vista de la dicha que gozaba su amada Escolástica, dio parte a sus discípulos, y todos rindieron al Señor humildes y devotas gracias. Envió después algunos monjes, para que condujesen el santo cuerpo a Monte Casino; pero fue preciso conceder a sus hijas el justo consuelo de tributar las úl­timas horas a su buena madre por espacio de tres días, después de los cuales se trasladó aquel precioso tesoro a la iglesia del monaste­rio, y San Benito la hizo enterrar en la sepultura que tenía destina­da para sí. Murió Santa Escolástica, por los años del Señor de 543, cerca de los sesenta y tres de su edad.

Estuvo el cuerpo de la Santa en Monte Casino hasta la mitad del siglo VII, en que, habiendo arruinado los longobardos aquel famoso monasterio, fueron trasladadas a Mans las preciosas reliquias, donde son honradas con extraordinaria devoción. El año de 1562 se apode­raron los hugonotes (herejes calvinistas franceses) de la ciudad de Mans, mataron inhumanamente a los sacerdotes, pusieron fuego a las iglesias, profanaron los vasos sagrados, llevaron las arcas, cajas y relicarios preciosos donde esta­ban colocadas las reliquias, o depositados los cuerpos santos, después de sacar éstos y aquéllas, arrojándolas por el suelo; y cuando iban a ejecutar lo mismo con las de Santa Escolástica para quemarlas, se apoderó de ellos un terror pánico, que los obligó a huir precipitada­mente, sin descubrirse el motivo; lo que se atribuyó generalmente a su poderosa y singular protección, y no contribuyó poco a aumentar la devoción de los pueblos.

Propósitos

1. Es la pureza una virtud tan delicada, que no puede estar ex­puesta por mucho tiempo sin peligro. El retiro la guarda, la modes­tia la conserva, y la frugalidad la nutre. Es aquel lirio que sólo crece en los valles; es aquella rosa a quien defienden las espinas; es aquella preciosa tierna flor que con un leve soplo se marchita. ¿Qué cuidados no merece? ¿Qué precauciones no son menester to­mar? ¿Quieres conservar este tesoro? Pues no le expongas dema­siado. Los grandes concursos del mundo, las diversiones, los espectáculos profanos, son los famosos escollos de la inocencia y de la cas­tidad. Esta virtud nunca cría canas en el bullicio del mundo; ni aun se deja ver en él sino para perecer. El pudor y la circunspección son como las murallas de la pureza. La menor brecha que se abra en ellas arruina la plaza. ¿Quieres, pues, guardar esta preciosa y deli­cada virtud? Pues observa inviolablemente las leyes siguientes. Pri­mera: sé modesto escrupulosamente, y jamás te dispenses en esta ley con cualquier pretexto que sea, solo o acompañado, en particular o en público, guarda todas las reglas de la más exacta mo­destia. Del bienaventurado San Luis Gonzaga se refiere que aun desde niño fue tan extremadamente delicado en esta virtud, especialmente cuando se vestía o desnudaba, que asistiéndole siempre gran número de criados, ninguno de ellos le vio jamás ni aun la punta del pie desnudo. Segunda: aunque la extravagancia de las modas tenga el día de hoy tanto imperio sobre el espíritu y sobre el corazón de los mundanos, guárdate bien de seguir las que pueden vulnerar la mo­destia cristiana. Tercerala desnudez de las pinturas es un veneno sutil, que entra por los ojos y penetra hasta el corazón. No toleres en tu casa pintura alguna indecente. Examina bien todos los retratos; registra hoy mismo cuidadosamente todos los cuadros, y aunque sean del mayor precio, aunque sean originales, o arrójalos al fuego, o haz cubrir prontamente todo lo que puede ofender a la modestia. De otra manera, ni tú puedes lícitamente retenerlos, ni dárselos a otro sin pecar. [Nota: sobre este punto bien se puede tomar en cuenta los programas de televisión, las películas, o videos en internet, p. ej., YouTube, que tengan imágenes o escenas de inmodestia. Por supuesto ningún católico debería ver, promover o subir tales videos indecentes]. Cuarta: todo libro que trata de galanteos es pernicioso. Todas esas novelas, todos esos cuentos, todas esas cartas, todas esas poesías, todos esos romances amorosos, son enemigos mortales de la inocencia y de la castidad. Mira con todo cuidado si se hallan algunos en tu casa [o virtualmente en tu computadora o cualquier otro sitio], ora sean tuyos ora sean ajenos, entrégalos al fuego antes que se pase este día [o borrarlos permanentemente si se trata virtualmente]. ¡Qué crueldad tan impía es dejar que pase a manos de otros lo que puede perderlos y condenarlos!

2. No basta desviar de ti ni apartarte tú de todo lo que pueda lastimar la pureza: es menester cultivar con cuidado todo lo que la nutre, todo lo que la perfecciona. Primero: el vicio contrario a esta virtud es el vicio ordinario de las almas orgullosas y soberbias; sé manso, sé apacible, sé humilde, y conservarás puro el corazón. Se­gundo: la castidad es una virtud tan preciosa, tan necesaria a todo género de personas, que incesantemente se debe estar pidiendo a Dios nos la conceda. Haz todos los días alguna oración particular para conseguirla, como, por ejemplo, la siguiente:

“Dadme, ¡oh Señor de la pureza!, dadme gracia para conservar toda mi vida esta preciosa virtud. Haced que arregle de suerte mi imaginación, que tenga tan a raya mis sentidos, que me desvíe con tanto cuidado de todas las ocasiones, que mire con tanto horror todo lo que pueda manchar mi cuerpo y mi alma; en fin, que en este punto tenga una conciencia tan delicada, que nada, nada pueda tiz­nar en mí esta virtud inestimable”.

3. Profesa una particular devoción a la Reina de las vírgenes. María es Madre de la pureza y concede infaliblemente esta virtud a los que la aman con ternura y la sirven con fidelidad. [Recomendamos el rezo cotidiano del Santo Rosario con sus 20 misterios todos los días como una perfecta devoción a la Santísima Virgen María para alcanzar cualquier gracia que necesitemos].

Fuente: Las historias de las vidas de los santos fueron transcritas del libro “Año cristiano o Ejercicios devotos para todos los días del año” del padre Juan Croisset (1656-1738) de la Compañía de Jesús; traducido al castellano por el padre José Francisco de Isla (1703-1781) de la Compañía de Jesús. Publicado en el siglo XIX.

 

viernes, 3 de febrero de 2023

Biografía de San Juan Bosco

 


                            San Juan Bosco

(Juan Melchor Bosco Ochienna, también llamado Don Bosco; I Becchi, 1815 - Turín, 1888) Santo, sacerdote y pedagogo italiano, fundador de la orden salesiana. Hijo de un humilde matrimonio campesino, su niñez fue dura, pues después de perder a su padre tuvo que trabajar sin descanso para sacar adelante la hacienda familiar. Se cuenta que aprendió a leer en cuatro semanas; quería estudiar para ser sacerdote, por lo que tenía que hacer todos los días a pie unos diez kilómetros (a veces descalzo, por no gastar zapatos) para ir a estudiar al liceo de Chieri. Con el fin de pagar sus estudios trabajó en toda clase de oficios.


San Juan Bosco

En 1835 ingresó en el seminario arzobispal de Turín, y en 1841 fue ordenado sacerdote. Ya por entonces sentía una viva preocupación por la suerte de los niños pobres de los barrios obreros de Turín, que vivía por aquellos años el auge de la Revolución Industrial, y particularmente por su imposibilidad de acceso a la educación. Inspirándose en San Felipe Neri y en el prelado francés San Francisco de Sales, en 1844 fundó el Oratorio de San Francisco de Sales, cuya sede fijó dos años después en una casa de la periferia.

Estableció luego las bases de la Congregación de los sacerdotes de San Francisco de Sales, o salesianos (1851), aprobada en 1860, y de su rama femenina, el Instituto de Hijas de María Auxiliadora. Tales instituciones, dedicadas a la enseñanza de los niños pobres, se desarrollaron con rapidez gracias al impulso de uno de los grandes pedagogos del siglo XIX. Además de recibir una educación cristiana, los alumnos podían familiarizarse e instruirse en diversos oficios, razón por la que se ha visto en Don Bosco a uno de los precursores de la moderna formación profesional. Desde el punto de vista metodológico, Don Bosco implantó lo que él mismo denominaba «sistema preventivo», frente al sistema represivo tradicional.

La orden salesiana alcanza hoy en día 17.000 centros en 105 países, con 1.300 colegios y 300 parroquias, mientras que el instituto femenino de María Auxiliadora (las Hermanas Salesianas) posee 16.000 centros en 75 países, dedicados a la educación de la juventud pobre. Ya en vida de Don Bosco las instituciones por él fundadas llegaron a reunir más de cien mil niños pobres bajo su protección; su fama como educador y como santo favoreció su relación con importantes personalidades de su tiempo (entre ellas el monarca italiano Víctor Manuel II y los Papas Pío IX y León XIII) y el apoyo a su labor filantrópica.

Además de su labor educadora y fundadora, San Juan Bosco publicó más de una cuarentena de libros teológicos y pedagógicos, entre los cuales cabe destacar "El joven instruido", del que se llegaron a publicar más de cincuenta ediciones y un millón de ejemplares sólo en el siglo XIX.

El propio santo se encargó también de compilar y editar los llamados Sueños de Don Bosco, un total de 159 sueños en ocasiones premonitorios que tuvo a lo largo de su vida, el primero de ellos a los nueve años. Cuenta Don Bosco que, a esa edad, soñó que se hallaba en el patio de un colegio y que se lanzaba a puñetazos contra un grupo de muchachos que «decían malas palabras». Apareció entonces Jesucristo, quien le indicó que los vencería «no con puños, sino con amabilidad», y luego la Virgen María, que anticipó su destino de educador: su misión sería llevar la mansedumbre a los niños, una vez se hubiera hecho él mismo «humilde, fuerte y robusto».

San Juan Bosco murió la madrugada del 31 de enero de 1888 en Turín. Durante tres días, la ciudad piamontesa desfiló ante su capilla ardiente, a cuyo entierro acudieron más de trescientos mil fieles. Fue beatificado en 1929 y canonizado en 1934, durante el pontificado de Pío XI; para su canonización se presentaron seiscientos cincuenta milagros obrados por él. Su festividad se conmemora el día de su fallecimiento, el 31 de enero.

Fuente.- https://www.biografiasyvidas.com/biografia/j/juan_bosco.htm



miércoles, 1 de febrero de 2023

Mensaje de María Auxiliadora y San Juan Bosco

 

Mensaje de San Juan Bosco

31 de enero de 2023

https://lossantoshablan.blogspot.com

Habla la Inmaculada Virgen María “Auxiliadora”:

Hijos Míos, este día ultimo de enero, la Iglesia Católica recuerda a quien fue declarado “padre y maestro de la juventud” por Juan Pablo II, me refiero a Juan Bosco, nombrado en vida por sus conocidos como Don Bosco; escuchen Mi reflexión en este Mensaje que servirá, al igual que los anteriores para “su fortalecimiento espiritual”.

Habla San Juan Bosco:

Hijos todos, hermanos en Cristo Jesús, hoy me dirijo a ustedes con gran alegría en el corazón, soy su padre y hermano Juan Bosco, seré breve debido a quien ahora escribe se encuentra ya muy desgastada y lastimada por satanás, quien quiso evitar que transmitiera mis palabras.

Mi vida y obra, planeada por Dios, es conocida por muchos, pero lo que este día les comparto, será de gran provecho para quienes tengan voluntad y determinación de aceptarlo como enseñanza.

Desde pequeño y durante el resto de mi vida, tuve sueños, 159 para ser exacto, muchos de ellos los compartí en su momento con mis alumnos y otras personas. Sin duda alguna todos mis sueños fueron importantes y se encuentran descritos en libros. Sin embargo, hubo 2 que marcaron grandemente mi vida:

*El primero que tuve a los 9 años de edad, a partir del cual intenté entender mi Misión en la vida: “ser Sacerdote y guía de muchos jóvenes, sobre todo de los más desprotegidos y al paso de los años, logré comprender que, para educar, era necesario hacerlo con caridad y amor, de forma distinta a lo establecido hasta entonces. Algunos me tacharon de “loco”, pero “bendita locura” que me hizo vivir con alegría y siempre tratando de buscar el bien de la juventud, a quien dediqué con amor hasta mi último aliento.

*El otro sueño fue el de “Las Dos Columnas” que tuve en el mes de mayo de 1862, en donde los protagonistas fueron mis tres grandes amores: Jesús Sacramentado, María Auxiliadora y el Sumo Pontífice. (Mi hermano “E” podrá explicarles este sueño o cada uno o en grupo, pueden buscarlo y reflexionarlo posteriormente.)


y

La importancia de este sueño es que pude ver cómo “La Iglesia Católica deberá pasar por tiempos críticos y sufrir daños muy graves, pero al fin el Cielo mismo intervendrá en el momento oportuno para salvarla. Después será la paz y habrá en la Iglesia un nuevo y bello florecimiento”. (Coincide con una Visión y Revelación a la estigmatizada monja Muy Venerable Anna Catalina Emmerich, en el Cuaderno Num.3: “Visiones y Revelaciones Completas a la Venerable Ana Catalina Emerich”)

El resto de mis sueños están escritos; y también posteriormente pueden acceder a ellos para conocerlos.

Ahora les comparto estas reflexiones, que servirán como guía, según cada quien decida analizar y aplicar en su vida diaria.

v NO dejes para mañana el bien que puedas hacer hoy, quizás no haya un mañana.

v Tolera las imperfecciones de los demás, si quieres que los demás toleren las tuyas.

v Recuerda, Dios no recompensa los resultados, sino el esfuerzo.

v El descanso nunca significa pereza.

v No te precipites juzgando las acciones de otros.

v Uno debe aprender a obedecer antes de poder mandar.

v Sé obediente con tus superiores y sumiso a sus órdenes, ya que son nuestros superiores, los que velan por nosotros, como si tuvieran que dar explicaciones a Dios sobre el bienestar de nuestras almas; esta obediencia nunca irá en contra de los Mandamientos Divinos.

v Donde reina la humildad, la gracia de Dios triunfará.

v El Señor siempre bendice a los que obedecen Sus Mandatos.

v Si alguien quiere ser bueno, debe tener un poco de valentía, estar listo para el sacrificio, ser amable y nunca desagradable.

v Haz el bien a todos y no hagas el daño a nadie.

v Sufre un poco por Dios de manera voluntaria, ya que El sufrió mucho por ti.

v Créanme, nadie puede ser completamente feliz en este mundo si no está en paz con Dios.

v El verdadero cristiano, debe estar dispuesto a sufrir espiritualmente como lo hizo Jesucristo cuando fue traicionado por uno de sus Discípulos, negado por otro y abandonado por todos.

v La dulzura es la virtud favorita de Jesucristo.

v Nunca hay que decir “no me toca” sino “yo voy”.

v Los niños deben educarse con amor, amistad y responsabilidad.

v María es nuestra guía, nuestra Maestra, nuestra Madre.

v Los jóvenes y niños no solo deben ser amados, deben de sentir que se les ama, con amor Santo, que sólo puede provenir de Dios.

v Como padres amorosos corrijamos siempre con amabilidad y amor, a ejemplo de Dios Padre y la Virgen María, Amorosa Madre.

v Siempre deben preferir el bien general al particular, nuestro beneficio particular, no debe tomarse en cuenta cuando se trata del bien común.

v Para ser bueno solo basta con practicar tres Virtudes: alegría, estudio y piedad, y en todo te irá bien.

v Lo que logres de pie, agradécelo de rodillas. Lo que no consigas hablando hazlo orando.

v El demonio tiene miedo de la gente alegre, dulce y amorosa.

vEl amor da fuerzas para soportar las fatigas, los disgustos, las ingratitudes, la falta de disciplina, las ligerezas y las negligencias de los jóvenes, (y ahora sé, que de cualquier persona.)

v Recuerden que todo cristiano tiene la obligación de ayudar a los demás, y que no hay predicación más eficaz que la del buen ejemplo.

v El alimento del alma, es la Palabra de Dios.

v Para hacer el bien hay que tener un poco de valor.

v Si el dinero hace mucho, la oración lo obtiene todo.

vHay que sudar muchísimo para conservar la dulzura, y tal vez, sea necesario derramar la propia sangre para no perderla.

v Sé agradecido con quien te ayuda.

v Caridad, paciencia, dulzura, nunca reproches humillantes o dolorosos, nunca castigos. Hacer el bien a todos los que se pueda y a ninguno el mal.

v Para obtener una Gracia la jaculatoria más eficaz es esta: “MARÍA AUXILIADORA, RUEGA POR NOSOTROS”.

v Pongámonos todos bajo el Manto de la Virgen, Ella nos librará de todos los peligros y nos guiará.

Hay mucho más que compartirles, pero por ahora les digo que intercedo por cada uno de ustedes, para que Dios en su Infinita Misericordia les permita comprender que es necesario crucificarse con Jesucristo; la Cruz es Su Bandera y Su Estandarte.

Quien no Lo quiere seguir no es digno de ser Su Discípulo; y pido también al Creador, que sus corazones alcancen la caridad, dulzura, alegría y amor de Jesús.

Soy su padre y hermano,

Don Bosco.

Habla la Inmaculada Virgen María Auxiliadora:

Hijos Míos, agradezcan esta hermosa perla que vuelven a recibir por Gracia Divina, Juan Bosco siempre se mostró alegre y permaneció al servicio de los niños y jóvenes, trató de comprender, en lugar de juzgar o regañar, corrigiendo siempre con caridad y poniéndose en el lugar de los demás. Sigan su ejemplo para crecer como valientes y amorosos hijos de Dios.

RECIBAN MI AMOROSA BENDICIÓN COMO SU ETERNA MADRE “MARÍA AUXILIADORA”.

AMEN, AMEN, AMEN




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