“Quien medite de
corazón cada uno de estos mensajes, obtendrá Gracias Especiales para su vida
espiritual. Si es pecador, se convertirá; si es imperfecto, se volverá
perfecto; si es santo se hará más santo; si es tentado triunfará; si sufre, podrá
encontrar en estas meditaciones, la fuerza, la medicina, el consuelo; y si su alma
es débil y pobre, hallará un alimento espiritual y un espejo en el que mirándose
continuamente, se embellecerá y se hará semejante a Jesús, nuestro modelo. AMÉN,
AMÉN, AMÉN.
MENSAJE DE LA
INMACULADA VIRGEN MARÍA Y SAN JUAN PABLO II
22 de octubre de 2022
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Hijitos de Mi Corazón:
Este día la Iglesia
recuerda el inicio del Pontificado de Juan Pablo ll y este hijo predilecto de
la Santísima Trinidad y Mío, se dirige hoy a ustedes para decirles cosas de
importancia. A pesar de que los demonios lastimaron a quien escribe, Mi Amor la
ayudó y protegió para que pudiera escribirles. Ahora les hablará Juan Pablo II.
“La vocación del cristiano es la santidad, en todo momento de la vida. En la primavera de la juventud, en la plenitud del verano de la edad madura y después también en otoño y en el invierno de la vejez y por último a la hora de la muerte.
Debemos perdonar siempre, recordando que nosotros mismos hemos necesitado el perdón. Tenemos necesidad de ser perdonados mucho más a menudo que de perdonar.
Los verdaderos
discípulos de Cristo tienen conciencia de su propia debilidad. Por esto ponen
toda su confianza en la Gracia de Dios que acogen con corazón indiviso,
convencidos de que sin Él no pueden hacer nada (Juan 15:5).
Lo que les caracteriza y distingue del resto de los hombres no son los talentos o las disposiciones naturales. Es su firme determinación de caminar tras las huellas de Jesús.
La mirada de la Iglesia se dirige continuamente a Su Señor, presente en el Sacramento del altar, en el cual descubre la plena manifestación de su inmenso amor.
Cuanto más se vive en Cristo, mejor se sirve a Cristo en los demás, llegando incluso a los lugares más lejanos para realizar la misión y afrontando los mayores desafíos.
En este tiempo amenazado por la violencia, por el odio y por la guerra, den testimonio de que El Señor y sólo Él, puede dar la verdadera paz al corazón del hombre y a toda la Tierra. Esfuércense por buscar y promover el amor, la paz y la justicia.
Anunciar a Cristo, predicar sobre Cristo, es hacer experimentar a cada uno, pero especialmente a quien sufre de pobreza espiritual, la Ternura y la Misericordia Divinas.
María, asociada a la victoria de Cristo sobre el pecado de nuestros primeros padres, aparece como la verdadera “Madre de los vivientes”. Su maternidad aceptada libremente por obediencia al designio Divino, se convierte en fuente de vida para la humanidad entera.
Con María, la Sierva del Señor, descubrirán la alegría y la fecundidad de la vida oculta. Con Ella, la Discípula del Maestro, seguirán a Jesús por las calles de Palestina, convirtiéndose en testigos de su predicación y de sus milagros. Con Ella, Madre Dolorosa, acompañarán a Jesús en su pasión y muerte. Con Ella, Virgen de la Esperanza, acogerán el anuncio gozoso de la Pascua y el don inestimable del Espíritu Santo.
Madre de Cristo, que se revele una vez más, en la historia del mundo, la infinita potencia salvadora de la Redención: ¡Potencia del Amor Misericordioso! ¡Que éste detenga el mal! ¡Que transforme las conciencias! ¡Que en tu Corazón Inmaculado se revele para todos la luz de la esperanza!
Sólo con la fidelidad alegre a Cristo y con una atrevida proclamación de ÉL como Señor –“un testimonio arraigado en su mandamiento de ir y hacer discípulos a todas las gentes”- podrán ayudar a los demás a conocerle a Él.
En un mundo en el que las sombras de pobreza, injusticia y secularismo se ciernen sobre todos los Continentes, es más urgente que nunca la necesidad de auténticos discípulos de JESUCRISTO.
Sepan también ustedes, queridos amigos, que esta Misión no es fácil. Y que puede convertirse incluso en imposible, si sólo cuentan con ustedes mismos. Pero lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios (Lucas 18:27; 1:37).
Nosotros no somos la suma de nuestras debilidades y nuestros fracasos, somos la suma del Amor del Padre en nosotros.
Dios se sirve de la Amistad humana para llevar los corazones al manantial de la Caridad Divina. Siéntanse responsables de la evangelización de sus amigos y de todos los que están cerca y lejos de ustedes.
Amar no es sólo un sentimiento, es un acto de voluntad que consiste en preferir de manera constante el bien del otro al bien propio. Amen, amen a todos de esta manera.
Con el amor a la Madre sea más conocido y amado el Hijo, que “es Camino, Verdad y Vida de cada uno de los hombres”. En esta perspectiva de fe y de amor, les imparto de corazón la bendición apostólica:
La bendición de Dios Todopoderoso Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ustedes y permanezca para siempre. Amén.
María es Madre de la Gracia, porque es Madre del autor de la Gracia. ¡Entréguense a Ella con plena confianza! JUAN PABLO II.”
Habla la Inmaculada Virgen Maria:
Pequeños Míos, la
Gracia Divina sigue enviando Mensajes para instruirlos y formarlos, recíbanlos
con agradecimiento y aprovéchenlos para beneficio y crecimiento de su espíritu.
Ahora reciban Mi Amorosa
bendición, como su Madre Eterna, la Inmaculada Virgen María. AMÉN, AMÉN, AMÉN.