miércoles, 4 de enero de 2023

Mensaje de San Nicolás de Bari, el 06 de diciembre 2022

 


Mensaje de San Nicolás de Bari

06 de diciembre 2022

https://lossantoshablan.blogspot.com

Habla la Virgen Inmaculada:

La oración hecha con fe contiene gracias para ustedes mismos y para “E” –la Vidente y Profeta-.

Sacerdote O, hijo Mío, continúa ayudar a mi querida “E”, traduce lo que corresponde, compártelo con Mis guerreros y todos Mis hijos de buena voluntad.

Escribe hija de Dios, poco a poco aquellas frases que vengan a tu mente, la oración de tus hermanos te ayudarán y Mi Amor te dará la fuerza, escribe con obediencia ánimo y amor.

Hijos Míos, por divina misericordia continúan a recibir estos mensajes para su formación y su crecimiento espiritual, acojan esas palabras con amor y gratitud al Eterno Padre. Hoy la iglesia católica, recuerda a un hombre que tenía en su corazón tanta caridad y tanto amor, se trata de Mi hijo Nicolás de Bari.

Desde niño se caracterizó porque todo lo que tenía quería distribuirlo entre los pobres; dijo a sus padres: sería un pecado no distribuir mucho porque Dios nos ha dado tanto, el más grande milagro era su constante amabilidad cotidiana, escucha este mensaje y vívelo como esperanza en este Adviento.

Habla San Nicolás de Bari:

Hijos y hermanos míos, hoy voy a hablarles de mi experiencia con Dios mientras vivía en la Tierra, tuve la dicha de tener unos padres piadosos que desde pequeño me hablaron de Dios y así, pude acercarme a Él para conocerlo y aprender a amarlo, aprendí desde muy niño el valor de la oración y que no es posible vencer el pecado sin la ayuda de Dios que nos viene por la oración. Por eso en cuanto podía, me apartaba de la compañía de los hombres para esconderme en mi habitación a rezar y hablar con mi Padre Celestial.

En mi juventud sufrí mucho por el mal ejemplo de algunos compañeros de estudio, pervertidos y lujuriosos por lo cual me aparataba de ellos como del mismo diablo; y solamente guardé amistad con unos como yo, aborrecían el pecado y amaban la virtud, siempre leía las Sagradas Escrituras porque sabía que son la Palabra de Dios escrita y que por ellas habla Dios a cada uno y nos dice lo que debemos hacer, ayudé a toda la gente que pude dándole lo que tenía material y sobre todo espiritualmente en especial, a los niños y jóvenes a quienes por medio de la oración con fe, el Señor pudo sanar revivir y dar una vida tranquila.

Fui acogido y aclamado Obispo de una forma inesperada, aunque me resistí, fue necesario ceder a la Voluntad Divina, así, ha sido para algunos de ustedes porque han sido llamados a grandes tareas de formas inesperadas en el momento menos pensado, entonces al ser nombrado Obispo, me di cuenta de que la elevada dignidad de la que había sido revestido, exigía mayor virtud aun y me dije a mí mismo: Nicolás, esta dignidad requiere otra vida, hasta hoy viviste para ti, ahora haz de vivir para los demás, si quieres que tu palabra persuada la grey que Dios te confió, tienes que dar eficacia a tus exhortaciones con el ejemplo de una vida perfecta.

A partir de entonces, pasaba parte de la noche en oración, comía solo una vez al día, dormía sobre una manta tosca y consagraba una parte del tiempo a la oración y la otra a la administración de la Diócesis, me entregué por completo al servicio de Dios a través del servicio a mis semejantes.

También sufrí persecución, fui encarcelado y azotado a causa del Evangelio, pero el Señor me sostuvo y nunca perdí la fe en Él y en Sus designios.

En esta misión pastoral que Dios les ha encomendado, digan siempre que ayuden a sus hermanos o prediquen a sus almas, “aquí estoy para ayudarlos, tengan confianza en Dios de quien soy su siervo”; y cuando por Gracia Divina tengan los favores solicitados, den a Dios, hijos míos, la Gloria de ése suceso, en cuanto a ustedes, no son sino pecadores y siervos inútiles, Él es quien hace las grandes maravillas. Por experiencia les digo para que ustedes puedan conservar su alma siempre libre del pecado y del mal, deben esforzarse en guardar lo siguiente:

1° Anden siempre delante de Dios en humildad, pues Dios resiste a los soberbios y da su gracia a los humildes.

2° Acudan a Dios implorando auxilio en el momento de la tentación, invocando los nombres de Jesús, de San José y de María; los cuales tiene un poder extraordinario para ahuyentar las tentaciones del demonio.

3° Frecuentar los Sacramentos de Confesión y Comunión, pues tentación descubierta, es tentación vencida.

4° La devoción especial a la Santísima Virgen, Reina del Cielo, la cual les ayudará de una manera especial en la consecución de la virtud en lo que ella tanto se destacó.

Intercedo ante Dios Todopoderoso por ustedes para que les dé un corazón noble y puro, necesarios para la batalla espiritual de la que son parte, así como para la salvación de las almas.

Soy su hermano y padre espiritual,

Nicolás de Bari.

Hijos míos Nicolás era un hombre generoso y noble hay muchas historias sobre los milagros que ha realizado a través de la fe y la confianza en Dios, desafortunadamente, Nicolás ha sido paganizado, la mitra de obispo fue sustituida por un gorro rojo, su cruz pectoral despareció completamente, se ha transportado desde Turquía al polo norte, desde aquel lugar viene por la nieve con sus Siervos, su nombre ha cambiado en “Papá Noel” y habituado a vender cada especie de cosas; y casi ninguno recuerda su verdadera historia, Nicolás buscaba de remediar con gran caridad a todos sus necesidades, ayudaba a los enfermos, a los miserables, ayudaba a los esclavos y buscaba de tomar en cuenta todos aquellos que sufrían por cualquier causa, era bueno por toda la vida, una vida para vivir cotidianamente la fe y saborear el amor.

Es tiempo que los cristianos recuperen este Santo y enseñen a los niños que la Navidad es la celebración del Nacimiento de Dios hecho Niño, recordemos que Nicolás, fue un Santo Obispo que tomaba muy en cuenta a los pobres, especialmente a los niños y vino ser famoso por su caridad.

Soy su Madre la siempre Virgen María y los bendigo con Mi Amor Eterno en el Nombre de la Santísima Trinidad.

AMEN, AMEN, AMEN.


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