11 de febrero 2023
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Hija de Dios, escribe estas palabras según vengan a tu mente.
Yo Soy la Inmaculada Cocepción, y este Mensaje es para que nadie lo dude. En un
momento, uno de Mis hijos Me preguntó por qué no estaba escribiendo en francés,
ahora lo harás. Escribirás en francés porque mi primera invocación de Lourdes
fue en Francia.
Es mi deseo que también escribas en italiano porque es el idioma del amor y en español, para que Mis palabras se conozcan con prontitud. Pide a "E" que continué compartiendo Mis Mensajes con Mi Calcañar, incluso con "O" para que les ayude a traducir y con todo aquél que quiera leerlos y vivirlos.
Cada 11 de febrero la Iglesia Católica recuerda el comienzo de Mis Apariciones a la pequeña Bernardita en 1858 en Francia, hecho del cual se ha hablado y escrito en todo el Mundo. La gruta de Bernardette, era un lugar sucio, oscuro, humilde y frío. Y es precisamente allí donde quiso aparecer como signo del amor de Dios e imagen de lo que quiere realizar en la humanidad.
Hoy vuelvo a repetir Mis Palabras: “¡Penitencia! ¡Penitencia! ¡Penitencia! ¡Rueguen a Dios por los pecadores! ¡Besen la tierra en penitencia por la humanidad pecadora!
María Bernardette, la elegida por Dios para dar testimonio de Mi Aparición como la Inmaculada Concepción y de su Mensaje, pertenecía a lo que el mundo desprecia y del que Jesús habla en los Evangelios. Aquella gruta no es solamnte un lugar geográfico de los acontecimientos, es el lugar donde Dios hace signos para manifestar Su Amor.
Es un lugar donde Dios quiere transmitir un Mensaje que no es otro que el del Evangelio. Bernardette pasó su vida en el dolor físico, murió con 35 años, entre grandes sufrimientos. Nunca buscó el dolor y desde luego no era masoquista o se quería victimizar, pero, siempre lo aceptó y lo acogió en forma de enfermedad.
El hombre creado a imagen y semejanza de Dios, es digno a los ojos de Dios: porque Dios ama a todos. “No les prometo la felicidad en este mundo, sino la del otro”; “Existe el mundo de la violencia, de la opresión, de la mentira, de la sensualidad, del propio interés, de la guerra. Pero también el mundo de la solidaridad, de la justicia, de la disponibilidad, del servicio, de la determinación, el amor de los dos mundos se dan en la Tierra. Cuando Jesús en el Evangelio invita a descubrir el Reino de los Cielos, invita a descubrir en este mundo en que viven tal como es, eligiendo cada quien el camino que quiera por libre albedrío. Solo recuerden que donde hay amor, allí esta Dios.
Les invito a seguir cada uno su Misión para la que fueron llamados, Bernardita decía “Mi oficio es estar enferma”; y así vivió en la fe verdadera, es decir, aceptó siempre y voluntariamente todo lo que el Cielo le enviaba, sin pedir nunca ni más ni menos.
A menudo se considera que Lourdes es un lugar de sanación física, sin embargo, Yo su Madre, no me referí a enfermedades del cuerpo. He venido y estaré para ayudarlos a sanar en el espíritu. Lourdes es su esencia, es una clínica del espíritu. La misma Bernardita no pidió nunca la curación física, sino que pedía sin cesar lo de su alma. Hagan lo mismo ustedes.
Y es que el corazón de quien ama, muchas veces necesita ser purificado por el dolor o la enfermedad. Los hombres son frágiles, pero al mismo tiempo debéis confirmar en Mi promesa: Yo estaré siempre con vosotros, como vuestra Madre, así como estuve al lado de Mi Hijo cuando sufría.
Les hago a todos una amorosa invitación a la oración, especialmente al santo Rosario y a la penitencia, a realizar obras de misericordia por los pecadores y enfermos del alma. Pidan a Mi Hijo Jesús, al Espíritu Santo, a Dios Padre y a Mí, lo necesario para ayudar a sus almas para fortalecerlos con oración en los momentos más difíciles y las batallas espirituales que cada uno enfrenta en contra de satanás y todos los demonios que los merodean y atacan.
Sufro como Mi Hijo Jesús, por las almas sin amor y sin fe, que se niegan a cumplir su misión, por eso haré todo lo posible para alejarlas de satanás que las persigue.
SOY LA INMACULADA CONCEPCIÓN Y LOS BENDIGO CON TODO MI AMOR.
AMEN, AMEN, AMEN.