San
Olegario Obispo
Biografía
Olegario, San. Barcelona, 1060 – 1137.
Obispo de Barcelona, arzobispo de Tarragona, legado pontificio, restaurador del
arzobispado de Tarragona, santo.
Hijo de una familia de funcionarios condales, sus padres Guisla y
Oleguer (éste mayordomo de palacio y secretario del conde de Barcelona Ramón
Berenguer I) lo ofrecieron como donado, al cumplir los diez años de edad, a la
canónica de la Catedral barcelonesa (c. 1070), donde cursó sus
estudios y recibió el diaconado (1089) y el presbiteriado (1092). Todavía no
había terminado Olegario sus estudios en la Escuela Catedralicia de Barcelona,
cuando los conflictos que siguieron a la muerte alevosa del conde Ramón
Berenguer II (1082) vinieron a dificultar el avance de la reconquista. Éste
debió limitarse a la comarca del Penedès y al Campo de Tarragona (1090), en
poder todavía de los musulmanes. En 1089 el papa Urbano II había promovido
precisamente la restauración de la vieja metrópolis y, en 1091, nombró
metropolitano al obispo de Vic, Berenguer Sunifred de Lluçà (1091- 1099). En
1093 Olegario fue elegido prepósito de la canónica agustiniana de San Adrián
del Besós y en 1110 pasó a la casa madre de San Rufo en Aviñón, siendo elegido
prior y, muy pronto, abad. En 1114 asumió la dirección de la Congregación
agustiniana con sede en San Rufo, en la cual se integraron las iglesias de
Égara (Tarrasa).
Formó parte del séquito de la condesa Dulce de Provenza, a la que
acompañó a Barcelona en ocasión de su boda con el conde Ramón Berenguer III
(1112) y, al morir el obispo de Barcelona Ramón Guillem, a requerimiento del
conde, fue escogido Olegario para sucederle. Habiéndose éste negado a aceptar
el episcopado de Barcelona, el conde pidió al papa Pascual II que le obligara a
aceptar la mitra vacante (1114), a la vez que preparaba la campaña contra los
piratas sarracenos de las Baleares. La restauración de la sede metropolitana de
Tarragona, vacante desde 1099, implicó la vinculación al obispado de la abadía
de Sant Cugat del Vallès (1117).
Ramón Berenguer III hizo donación en 1117 a Olegario del territorio de
Tarragona y el papa Gelasio II, en ocasión de hallarse Olegario en Roma, le
instituía arzobispo metropolitano, en 1118, confiriéndole el uso del palio. Los
años siguientes (1119-1137) se ocupó de la reorganización de la iglesia
tarraconense, no obstante las dificultades que planteaba el dominio almorávide,
asistiendo asimismo a varios concilios en Roma (Lateranense de 1123, en
particular) y en Narbona (1128). Y para que le ayudara en la reorganización del
territorio tarraconense nombró príncipe de Tarragona al caballero normando
Robert Bordet y le cedió sus derechos señoriales sobre la ciudad, reservándose
tan sólo los diezmos y la jurisdicción sobre los eclesiásticos y sus bienes.
Tarragona fue efectivamente repoblada, aunque la carta de población del
distrito no fue concedida hasta el año 1149. Olegario llevó a cabo su tarea
organizadora en esencial desde Barcelona, impulsando el culto a santa Eulalia
(la mártir barcelonesa) y consagrando y dotando numerosas iglesias entre 1122 y
1137, entre ellas el altar del Santo Sepulcro de la sede barcelonesa (1123). En
la restauración eclesial invirtió buena parte del importe de las lezdas,
usatges y derechos a percibir de las naves que entraban en el puerto de
Barcelona.
Consejero de los condes, favoreció el restablecimiento del catolicismo
en sus obispados, y su personalidad fue muy apreciada por sus contemporáneos.
Murió en 1137 y su sucesor en el arzobispado, Bernat, lo beatificó en 1148. El
rey Pedro II, en 1280, solicitó del papa Nicolás III la confirmación de Su
Santidad, pero ésta no fue alcanzada hasta 1675. Su fiesta se celebra el 6 de
marzo. Su sepulcro se conserva en la capilla del Santo Cristo de Lepanto, de la
Catedral de Barcelona, presidido por una imagen escultórica del prelado cincelada
por Pere Sanglada. Se han conservado varias cartas del santo obispo —una
dirigida al papa Inocencio II, otra a su amigo, el obispo Ramón de Vic— y un
sermón redactado, al parecer, por él, sobre De Adventu Domini. Poco
después de su muerte en 1137 el maestro Renau o Renaldo de Barcelona (muerto en
1143) escribió, al parecer, una Vita Sancti Ollegarii, la primera
conservada y editada por el padre Flórez en la España Sagrada, volumen
XXIX.
https://dbe.rah.es/biografias/7224/san-olegario