Mensaje de San Felipe de Neri
26 de mayo 2023
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Habla la
Inmaculada Virgen María:
Escribe hija de Dios y pide a
“O” que te ayude con la traducción de este Mensaje.
“O”, hijo de Mi Corazón: debes dejar de lado lo que te impide cumplir todo lo que te he pedido. Disfruten este Mensaje de un Santo que tiene un cariño especial por ustedes Mis hijos del Calcañar.
Hoy la Iglesia Católica recuerda a un hombre con alma de niño, conocido como “El Santo de la Alegría”: Fillipe Neri. Escucha este hermoso Mensaje que da hoy su hermano mayor por Gracia de Dios.
<<Hermanos míos, hoy me
dirijo a vosotros con este Mensaje cuya inspiración y ejemplo fue la Virgen
María. La pobreza abundaba en mis días, pandillas de niños abandonados a su suerte,
ladrones y siempre hambrientos. Dios y la Virgen María me impulsaron a dar a
los niños abandonados un hogar y una familia. Mendigaba en las calles comida,
enseñandoles con cantos y Catequesis. Quería llevar a Dios a pequeños y
grandes, a través de la alegría y la sencillez, y siempre con una sonrisa en
los labios. Quería que mis hijos crecieran en la alegría y el canto: todo lo
contrario de la severidad que, en aquellos años, se consideraba necesaria para
educar a los jóvenes.
Aún hoy os digo: Hijitos míos, sed felices, no quiero escrúpulos ni melancolía, me basta que no pequéis. Haced el bien… Si te puedo decir que para mí, la humanidad es la principal virtud y en mi opinión, no pueden ser Santos los que no tienen humanidad para ponerse al servicio de los necesitados.
Como decia San Pablo: “Alégrate siempre en el Señor, te lo vuelvo a decir: alégrate. Tu bondad es conocida de todos los hombres” (Flp. 4,4-5) Siempre he creído que la alegría podía contagiarse y con ella, poco a poco, muchas personas han cambiado de vida y se han acercado a Dios, yo saludaba a mis amigos con estas palabras: Bueno hermanos, ¿cuándo empezaremos a ser mejores? Si me preguntaban qué hacer para mejorar, los llevaba conmigo a tratar a los enfermos en los hospitales o a visitar las Iglesias.
En la víspera de Pentecostés de 1544, estaba yo en oración, pidiendo Dones del Espíritu Santo, cuando ví venir del Cielo un Globo de Fuego que entró en mi boca y se expandió en mi pecho. Me sentí poseído por un Amor de Dios tan grande que parecía asfixiarme; caí al suelo y exclamé con dolor: ¡Basta Señor! ¡No puedo más! Después de recuperar la conciencia. Descubrí que mi pecho estaba hinchado y tenía un bulto que nunca me causó ningún dolor.
A partir de ese momento experimenté tanto Amor de Dios que todo mi cuerpo temblaba, podía sentir como me consumía el gozo de las palpitaciones de mi corazón y el hermoso calor que de él emanaba para Dios, también escribí mi apostolado en el confesionario, donde pude pasar muchas horas asistiendo a una gran multitud necesitada de la Misericordia del Señor.
Me acusaron de formar una secta, que era justo lo que la gente empezó a llamar "parlantes". Me prohibieron confesar y celebrar reuniones. Ante esto mostré completa obediencia porque entendí que era Dios quien me estaba probando y que la solución era la oración, después de esta prueba, el Señor me permitió seguir ayudando a muchas personas, enseñándoles con gozo el Evangelio.
Ahora comparto con todos vosotros estas reflexiones, que os pueden ayudar a estar más cerca de Dios con el corazón lleno de alegría:
No hay prueba más clara y segura del Amor de Dios que la adversidad.
v
No saber negar al alma sus deseos es alentar sus vicios.
v
No solo debemos perdonar a quienes nos persiguen, sino también
compadecernos del triste estado de su alma.
v
Dios obra por el bien de una alma que se ha entregado eternamente a él.
v
Debemos entregarnos a Dios por completo y sin reservas.
v
El que no trabaja para Cristo no sabe lo que hace.
v
Entre las gracias que debemos pedir a Dios, una de ellas debe ser la
perseverancia.
v
Si tan solo llegáramos al Cielo, qué cosa tan dulce y sencilla estar allí
para siempre para decir con los Angeles y los Santos: Sanctus, Sanctus, Sanctus.
v
Mantener un buen humor en medio del dolor y la enfermedad es señal de un
alma recta y buena.
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El amor propio es como una membrana que envuelve nuestro corazón, es
doloroso arrancarla, y cuanto más te pones a carne cruda, más dolor te cuesta.
v
Lanzate a los brazos de Dios y sabe que si Él quiere algo de ti, Él te equipará
para el trabajo y te dará fuerzas.
v
Si a un hombre le cuesta mucho perdonar las heridas, mira un Crucifijo y
piensa que Cristo derramó Su Sangre por él.
v
El que huye de una Cruz, se encontrará con una más grande en su espalda.
v
Un corazón alegre se perfecciona más fácilmente que un abatido.
v
Cuando el Señor quiere darnos una virtud particular, a menudo se deja
tentar primero por el vicio opuesto.
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Dejen que un poco de amor llegue primero a sus corazones, y el resto
seguirá.
v
Si queremos mantener la paz con nuestros semejantes, nunca debemos
recordarle a nadie sus diferencias naturales.
v
Buscamos obtener la pureza del corazón, porque el Espíritu Santo habitá en
las mentes cándidas y sencillas.
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La alegría fortalece el corazón y nos hace perseverar en la buena vida.
v
Los alegres son más fáciles de llevar en la vida espiritual que los
melancólicos.
v
El verdadero camino para progresar en las santas virtudes y perseverar en
la santa alegría.
v
La mejor manera de prepararse para la muerte es pasar cada día de tu vida
como si fuera el último.
v
Los sufrimientos son una especie de paciencia, mientras son un infierno
para aquellos que no tienen paciencia.
v
No hay forma más poderosa de obtener la Gracia de Dios que un encuentro
con la Santísima Virgen.
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No siempre nos conviene lo mejor.
v
Despeguemos nuestro corazón de las cosas de este mundo: digámonos muchas
veces:
¿y entonces? ¿y luego?
v
Para ser obedecido hay que dar unas cuantas reglas, y yo he tenido una
sola: la caridad.
Intercedo ante Dios y ante la Santísima Virgen María para que todos consigáis el don de la santa caridad: y el Espíritu Santo descienda con Sus Dones en sus almas. Soy su Padre y hermano Filipo Neri.<<
Habla la Inmaculada Virgen María:
Mi hijo Felipe es un ejemplo de la santa alegría del espíritu que nace de la paz del corazón y da la plena resignación a la Voluntad de Dios.
Ø El santo de la alegría.
Ø Jugador de Dios
Ø El segundo apóstol de Roma
Ø Goofy el bueno
Estos son solo algunos de los apodos con los que se conocía a este sacerdote.
Que su vida y obra sean para vosotros un ejemplo contínuo del deseo de salvar almas para Dios y de conducirlas a él, imitando siempre su mansedumbre con alegría de corazón, incluso en medio de las pruebas. ¡Siempre prefiero el Cielo!.
Reciban todos ustedes Mi Amorosa Bendición, como su Madre Eterna, la Inmaculada Siempre Virgen María.
AMEN, AMEN, AMEN.
