jueves, 17 de agosto de 2023

Mensaje de la Virgen del Perpetuo Socorro: Consagración y Jaculatoria

 


Mensaje de la Virgen del Perpetuo Socorro 27 de junio 2023

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Habla la Virgen del Perpetuo Socorro:

Hijos de Mi Corazón, Soy Su Madre, la Siempre Virgen María del Perpetuo Socorro quien hoy les da este breve Mensaje, para recordarles que como Madre cuido al Niño Jesús y con Él a todos ustedes.

Yo sostengo en Mis Brazos de manera amorosa a Mi pequeño Jesús y a toda la humanidad. “Perpetuo Socorro” significa remedio en todos los males, remedio no de un día, sino perpetuo, desde la cuna hasta el sepulcro; socorro en todo sin cesar. Perpetuo Socorro quiere decir: consuelo en las aflicciones, en la pobreza, en la enfermedad, en los trabajos; fuerza para salir del pecado, sea mortal, sea venial, y para no recaer en él.

Perpetuo Socorro quiere decir: constancia en el servicio del Señor y por tanto perseverancia final.

Perpetuo Socorro significa que, aun cuando ocurran circunstancias o situaciones en que todo pareciese desesperado, todavía quedad un recurso seguro: Mi protección como su Amorosa Madre. Ya ves, ¡oh hombre!, cualquiera que seas y por grandes que sean las angustias de las que te sientas oprimido, que no tienes motivo para desalentarte, hallando en mi Perpetuo Socorro una bondadosa Madre, que te socorre en todas tus miserias: si confías en Mí, te socorreré continuamente. Como su madre del Perpetuo Socorro los ayudo a salir del pecado. A salir de la tibieza de espíritu y los protejo en las tentaciones.

Ayudo a Mis devotos en todas las necesidades y penas de la vida. ¡Pobre alma! No te desalientes. Soy tu Madre veo las muchas y varias calamidades que te aquejan; Yo veo lo que atormenta tu cuerpo y aflige tu alma. Veo tus miserias y con corazón tierno y benigno me compadezco de ellas, extendiendo mi mano a ti en cualquier necesidad; pues éste es el oficio que Dios en el Cielo me encomendó. Hijos míos, yo los sostengo en la práctica de las virtudes. ¡cuántas dificultades no se encuentran en el camino que lleva al monte santo de la perfección! Pero yo los acompaño y protejo con mi amor. ¡Yo les ayudo a tener constancia en su servicio. La perseverancia, Gran problema, cuestión capital de vida, tormento perpetuo de las almas que quieren salvarse. Por eso, acuden a mi Perpetuo Socorro para que yo pueda interceder por ustedes ante la Santísima Trinidad, para que hagan la voluntad de Dios. Recuerden también que yo los amparo en la hora de la muerte. Terribles son las penas de los moribundos. Todo conspira a ser espantosos y terribles aquellos últimos instantes: el recuerdo de los pecados cometidos, el temor de los juicios incomprensibles de un Dios ultrajado, la incertidumbre de la eterna salvación; todo, absolutamente todo. En las angustias y en las tentaciones con que te asaltará el demonio en la muerte para hacerte desesperar, mi Perpetuo Socorro te dará fortaleza, y aun iré Yo Misma a defenderte.

En el Purgatorio, también los favorezco. Como piadosa Madre socorro a mis devotos, no sólo en todas las necesidades de la vida y de la muerte, sino también en el Purgatorio. Como Reina de Misericordia, me ocupo con más eficacia en socorrer a las almas que se encuentran purificándose, doy alivio a todas aquellas almas infelices cautivas, en esta prisión.

REALICEN ESTE ACTO DE CONSAGRACIÓN:

¡Oh María! Ya que para inspirarme confianza habéis querido llamaros “Madre del Perpetuo Socorro”, yo (decir el nombre),

aunque indigno de ser inscrito en el afortunado número de vuestros siervos, deseando, no obstante, participar de los benéficos efectos de vuestra misericordia; postrado ante tu Trono, consagro mi entendimiento, para que piense siempre en el amor que mereces; te consagro mi lengua, para que ensalce tus grandes prerrogativas y propague tu devoción; te consagro mi corazón, para que, después de Dios, te ame sobre todas las cosas.

¡Oh Madre del Perpetuo Socorro! Sé que me amas más de lo que yo puedo pensar; por eso te constituyo Señora y árbitra de mis intereses y de todas mis cosas; dispón, pues, libremente de mí y de cuanto me pertenece conforme más te agrade. Bendíceme, ¡Oh Madre mía!, y con tu poderosa intercesión fortalece mi flaqueza, a fin de que, sirviéndote fielmente en esta vida, pueda alabarte, amarte y darte gracias en la otra eternamente!

Amén.

 JACULATORIA

¡Oh Madre María! Madre del Perpetuo Socorro!, rogad por mí. 

Reciban Mi amorosa bendición bajo la Advocación de la “Virgen del Perpetuo Socorro”.

AMEN, AMEN, AMEN.